Mis playas favoritas de Llanes y Ribadedeva
Playa de La Franca.
La playa más oriental de Asturias, situada en el pueblo de La Franca, a tan sólo tres km. de nuestros alojamientos, es una de las más cercanas, está al límite de los dos concejos de Llanes y Ribadedeva, dispone de todos los servicios para disfrutar de un buen día de relax, cuenta con bandera azul, duchas, aseos, servicio de limpieza, aparcamiento, etc… Se accede a ella desde la N- 634. Su arena es blanquecina y fina y sus aguas limpias y cristalinas ideales para el baño.
Durante la pleamar es una auténtica piscina natural, siendo muy segura para el baño, para los niños, e inmejorable para la práctica de deportes náuticos, pesca de roca y submarina. Con la bajamar se descubre un amplio arenal y se forman pequeñas calas ricas en pesca.
Durante la marea baja, La Franca deja al descubierto algún que otro territorio arenoso, como la playa del Oso, una pequeña cala que en bajamar queda comunicada con ella, o la del Mendía, otra playa natural de más difícil acceso. A ésta se accede en marea baja desde la playa de La Franca o descendiendo por un empinado sendero desde la localidad vecina de Pimiango.
Playa de Cobijeru.
Esta playa está situada en el pueblo de Buelna, entre los concejos de Llanes y Ribadedeva.
La playa es en realidad una dolina, cuyo fondo se comunica con el mar a través de una pequeña cueva. La distribución de la arena y los cantos, en semicírculo, debido a la erosión que sufren por las olas cuando consiguen llegar hasta ella.
La cueva que da nombre a la playa, se nos aparece como una humilde entrada en la ladera que une la playa con la costa por el Este. Nada hace presagiar que a pocos metros de la entrada una sinfonía de colores aparecerá ante nuestros ojos.
La cueva está dividida en tres tramos de apenas 50 metros cada uno. El primero, a la entrada, carece prácticamente de interés, ya que apenas circula ya el agua y, por tanto posee pocas formaciones.
El segundo tramo corresponde a una típica galería de un carst activo, por el que se filtra el agua dando lugar a formaciones típicas: estalactitas, estalagmitas, etc…
En el último tramo, la cueva se abre al mar, como corresponde a un acantilado que da al mar Cantábrico. La desembocadura de la cueva es una sala en la que las formaciones geológicas típicas del carst, a causa de las algas microscópicas y de las sustancias minerales, aparecen teñidas de colores inimaginables entre los que predominan el verde, el rojo, el amarillo…
La belleza exterior del lugar nos sorprenderá, si nos damos un paseo por el entorno ya que es uno de los parajes más bellos del concejo.
Playa de Ballota.
Playa situada en el pueblo de Cué, en el concejo de Llanes. Es de espectacular belleza, tanto el conjunto de la playa de Ballota con el islote de castro. También hay que destacar el bufón que se puede ver el día que el mar esta enfurecido, desde la punta Ballota.
Es una playa de arena fina y aguas cristalinas, totalmente aptas para el baño, cuenta con servicio de vigilancia, limpieza, chiringuito sólo en temporada etc…
Playa de Toró.
Situada a la entrada de Llanes, es una playa semiurbana. La peculiaridad de la playa de Toró, es que está rodeada de acantilados poco pronunciados, hay afloramientos rocosos en pináculos, repartidos por toda ella, supervivientes de la acción del mar sobre componentes calizos.
Dispone de todos los servicios y esta certificada con la Q de calidad turística Española. Por su belleza y calidad medioambiental, y por los servicios con los que cuenta, la excelente calidad del agua para el baño, su baja peligrosidad, por todo ello desde el año 1996 ha contado en varias ocasiones con la distinción de la Bandera Azul.
Playa de Poo.
Está situada en el pueblo de Poo, en el concejo de Llanes. Su acceso es rodado o y dispone de todos los servicios. También tiene cerca la línea de FEVE.
Esta situada al margen derecho de la desembocadura del río Vallina, rodeada de vegetación.
La disposición natural de la playa en forma de concha, resguardada por los acantilados, la convierte en una playa bastante segura, ideal para niños, ya que la protección del acantilado impide, incluso en días en los cuáles el mar está embra